Salgo con una sonrisa en la boca después de ver "Magia a la luz de la luna" la última película de Woody Allen.
Allen nos traslada a la Francia de los años 20,para ambientar el encuentro entre un mago inglés ( Colin Firth) y una supuesta médium (Emma Stone)a la que trata de desenmascarar.
Tras ver este maravilloso reportaje http://www.rtve.es/alacarta/videos/dias-de-cine/magia-luz-luna/2890506/ voy bien predispuesta y salgo con mejor impresión.
Será una obra menor en la filmografía de Allen,no lo pongo en duda,pero no deja de ser una deliciosa comedia visualmente resplandeciente (la luz del Mediterraneo,el vestuario...)y cuyo argumento gira en torno a algunas de las cuestiones a las que de alguna manera Allen vuelve una y otra vez:
¿qué sentido tiene la vida sino otro que dejarse llevar por el irracional amor?¿qué importa si es efímero o fruto incluso de una falsa ilusión? no queda otra que dejarse llevar por la magia que escapa a toda ciencia y todo tipo de control...no importa si nos enamoramos de alguien que en principio tenga poco que ver con nosotros ¿es preciso acaso ser iguales?
Aplicable tal vez a la fe, si es causa de emoción y felicidad ¿quíen precisa de pruebas irrefutables?¿son necesarias?
Resulta curioso que un tipo tan aparentemente pesimista,ateo y escéptico(¿es el mago el alter ego del director? )sea capaz de trasladarnos a pensamientos tan poco consistentes desde el punto científico y sin embargo,alentadores a la hora de encontrar un mínimo sentido a la existencia en medio de la nada,el vacío o el caos.
Sale a flote el Woody Allen filosófico que nos seduce en una atmósfera cuidada en la época dorada del jazz y los felices años 20.
Esta "Magia a la luz de la luna" me recordó en un momento muy concreto (la visita a casa de la abuela,aquí la tia) al maravilloso clásico "Tu y yo",tal vez en ese proceso que es en sí el enamoramiento,una construcción casi inconsciente de recuerdos compartidos en los que a veces,también participan otras personas.
El guión sigue siendo uno de los puntos fuertes en el cine de Allen y los diálogos,nos llevan a reflexionar en torno al amor, el sentido de la vida,el más allá, la muerte,Dios,lo efímero y lo eterno,lo racional y lo irracional.....juegos de binomios que luchan y terminan por mezclarse para llegar incluso a confundirse.
No hay absolutos,no hay posturas inamovibles o no puede haberlas,si queremos de verdad,dejarnos sorprender por la vida que a veces ni es lógica ni previsible y sin embargo, si la cosa funciona.....déjemosla funcionar,sin más.
Tal cual se hubiera puesto de acuerdo con Manolo García en "es mejor sentir que pensar",el director neoyorquino nos deja esta savia nueva con mensaje implícito hacia la necesidad de vivir en sintonía con lo que lo que sentimos,nos parezca o no posible,inconcebible o descabellado.
Genio loco y descreído ¿cómo es posible que hayas dado este giro cognitivo y a esta altura de tu vida, hacia el componente casi mágico de la emoción?
No os la perdais,sea o no una obra menor,nos deja con una sonrisa en la cara y una reflexión sobre lo que de verdad importa.Si alguien os envía alguna señal,no lo dudeis,no os dejeis confundir ni despistar.