domingo, 6 de enero de 2013

De óxido y hueso


Ayer vi "De óxido y hueso" película del 2012 del director francés Jacques Audiard .
El guión de la película es de Jacques Audiard y Thomas Bidegain  y está basado en la novela “De rouille et d’os”, de Craig Davidson.

La película está interpretado por Marion Cotillard y   Matthias Schoenaerts.

En relación al director,Jacques Audiard,compruebo que vi dos títulos anteriores:
"De latir mi corazón se ha parado" y "Un profeta",ambas,aunque no las reseñara,me dejaron buena impresión.


De Marion Cotillard,qué puedo decir,a estas alturas del partido,creo  ha demostrado sobradamente que es de las mejores actrices francesas en el panorama actual.La hemos visto en todos los géneros y  aquí en "De óxido y hueso",creo nos deja la mejor interpretación dramática que al menos yo le conozco.
Aviso, ahondaré en la trama,en la relación de los protagonista,en la historia misma,si alguien quiere prescindir o postergar  la reseña,éste es el momento.


En síntesis,la historia gira en torno a Alain o Ali ( Matthias Schoenaerts) ,un hombre que parece haberse hecho cargo de un hijo de 5 años,Sam (Armand Verduse) y que al que apenas conoce.
Sin trabajo,sin dinero y sin casa,decide refugiarse en casa de su hermana a fin de tener un punto de partida estable donde empezar de cero.Allí su hermana y su pareja,los acoge a él y al niño y Alain encontrará la manera de ganarse la vida trabajando de guardia de seguridad.


Una noche,mientras trabaja  en una discoteca,conoce en un altercado,a una joven Stéphanie (Marion Cotillard),a la que ayuda y a quien le deja el número de teléfono.
La vida sigue para ambos.Stéphanie que es bióloga marina y trabaja en un acuario con orcas sufre un trágico accidente y en su largo proceso de rehabilitación,se pone en contacto con Ali.


El que fuera un desconocido hasta hace dos días,irrumpe de nuevo en su vida y sin falsa compasión ni condescendencia,la trata de igual a igual,ayudándola con acciones,con las palabras justas,y todos los atajos imaginables en las distancias físicas que les quedan por vencer.

Me llama poderosamente la atención el peso que tiene el cuerpo en toda la película,el cuerpo apaleado,herido,mutilado,sangre hirviente en el deseo,frío en el agua,el cuerpo tatuado,arrastrado,cicatrizado,espoleado,vendido,recuperado de mil batallas.........elemento esencial en la película,y por ello,no he podido evitar acordarme de otro director que también le concede una importancia similar Darren Aronofsky tanto en la brutal "Cisne negro" como en la también recomendable "El luchador".

Me interesa la forma en que la narración nos lleva por esta historia casi anti-romántica,en la que el vínculo emocional se forja a través de la acción,no de la palabra.


Da la impresión de que Alain es un personaje con aparente incapacidad emocional y puede que así sea al principio,sin embargo, vemos evolucionar a un personaje que se mueve un poco por instintos y necesidades primarias,sin grandes complicaciones, hacia unas relaciones,tanto la que mantiene con su hijo como la que mantiene con Stéphanie, que no sabe manejar y cuyo reclamo se irá haciendo hueco dentro de sí mismo,un poco también por encima de su propio consentimiento y  conciencia.
Es una transformación tan interesante como hermosa la de este personaje.



La fuerza del personaje de Stéphanie (magnífica Cottillord ),su presencia,aún más grave en el momento en que toma una nueva identidad tatuada y con ortopedias,es capaz de vencer todas las resistencias que en realidad parecen más bien inercias por parte de Ali,inercia hacia el sexo sin implicación emocional por ejemplo,pero en general hacia lo transitorio y hacia lo que le urge hoy.

Si ampliamos la mirada,los personajes en este contexto social,en esta Francia o en esta  Europa de hoy ,son un reflejo de los supervivientes espontáneos que se han visto de la noche a la mañana en el abismo de la improvación,en la necesidad de buscarse la vida como sea,en el caso de Alain haciendo malabares con tres o cuatro ocupaciones a la vez,algunas al margen de la legalidad,como las peleas clandestinas en el que el cuerpo vuelve a ser moneda de cambio castigada al servicio del dinero sucio que corre en manos de los intermediarios.


Si tuviera que rescatar una escena,una sola, me resultaría dificil,pero sin duda,el reencuetro de Stéphanie con la orca,tras el trágico accidente es un momento de ésos que se quedan grabados en tu retina,y que inevitablemente desarman al espectador.Es una escena en la que la complicidad ha quedado intacta,los movimientos siguen sincronizados,el cristal separa a la mujer tullida del gigantesco animal que cuenta con memoria y parece haberla reconocido desde el principio.
Es un lenguaje hermoso y visual que no requiere palabras y que emociona.

Hay más momentos,como por ejemplo la llamada de teléfono de Stéphanie a Ali en el hospital,es una escena breve,en el tono gélido del lugar,pero Ali se derrumba y por primera vez,sale a luz un atisbo de emoción incluso desbordada.
Todas las escenas en la playa,en el baño inicial de Stéphanie,con el sol,el agua,es casi un baño iniciático en su nueva vida,cargando con su dolor y su sufrimiento,pero también un gesto de apertura a la vida,a esta nueva etapa,después de todo.


En ningún momento,sin embargo el director trata con condescendia o excesivo cuidado a los personajes,expuestos a lo descarnado,a la tragedia,al sufrimiento de unas vidas a la deriva,que sin embargo,también de forma impremeditada,crean vínculos y se aferran a un movimiento de avance que los empuja,un instinto de supervencia,que es incomprensiblemente,más fuerte que ellos.Tampoco esconde su imperfecta y oscura humanidad,abiertos en canal se nos muestran y nos asomamos a sus miserias,su desapego,su ineptitud y su torpeza,también su crueldad,al tiempo que en un recorrido de péndulo,podemos ver su cercanía,su evolución,su lucha infatigable,su vulnerabilidad,su capacidad de recuperación,de renovación,de entrega,de generosidad.

No os la perdais,porque como veis,la película da pie a la reflexión y sin duda,se queda para mí,en el ranking de lo mejorcito que nos deja el cine del año que recien concluyó.