jueves, 26 de julio de 2012
Un hombre sin pasado
Cuanto más conozco el cine de Aki Kaurismäki,más me gusta.
Ayer vi " Un hombre sin pasado" una película de 2002, película escrita, producida y dirigida por el director finlandés.
Mi descubrimiento de su cine se dió con la reciente "Le Havre" (2011) (http://historias-troyanas.blogspot.com.es/2012/03/le-havre.html ) una maravillosa fábula sobre la fraternidad que también puede albergar la condición humana.
Muchos bloggers cinéfil@s coincidimos en alabar todas sus virtudes,hecho a todas luces,infrecuente.
Ahora descubro " Un hombre sin pasado" y de nuevo,me quedo admirada.
Ya no hay vuelta atrás,lo sé,me conozco y cuando un director/a me conquista de este modo,le soy fiel incluso cuando se desvía o tiene algún resbalón.
Y es que el cine de Kaurismäki engancha.A mí particularmente,que tome como punto de partida los barrios marginales y los personajes "desheredados" que rozan lo excéntrico,ya de entrada me atrae,pero si además,consigue sacar de la adversidad,la suciedad y la pobreza,un fulminante mensaje esperanzador que surge de la unidad desinteresada de los vecinos,entonces,este cine me deja completamente vencida y desarmada.
Esos serían los motivos centrales.Después,hay detalles que ya son la guinda definitiva al pastel como la presencia de los perros como símbolo de amistad y lealtad o la importancia de la banda sonora que a menudo está presente a través de actuaciones en vivo de rock and roll.
Leo en un artículo del diario Público, otros signos de identidad,como el humor,el humo y el licor.
Me centro en "Un hombre sin pasado" una película que forma parte de una trilogía de Finlandia y también conocida como la de los perdedores,junto a Nubes pasajeras (1996) y Luces al atardecer (2006).
La película comienza con la llegada de un hombre a la estación de Helsinki.Allí es atacado brutalmente a manos de unos desalmados y a consecuencia de esa paliza termina en el hospital.
Él mismo se recompondrá la cara en mitad de sus vendajes y saldrá de allí por su propio pie sobreestimando sus fuerzas.
Finalmente termina desvanecido a la orilla de un río en un barrio pobre,donde es acogido por una familia humilde con dos hijos.Allí le cuidarán hasta que se recupera pero tan pronto está bien físicamente se da cuenta de que ha perdido la memoria.
Sin nombre,sin edad,sin nacionalidad,este hombre empieza a vivir como si empezara de nuevo: buscará trabajo,se enamorará de Irma que pertenece al Ejército de Salvación,establecerá vínculos con la gente del barrio....y poco a poco,irá creando apegos y ganándose la confianza de todos.
El día que su pasado regresa de pronto, en modo de ajuste de cuentas,todo el barrio se alzará para defederle puesto que no solo se ha ganado el aprecio,el respeto y el cariño de todos,es que además esas amenazas no eran sólo suyas,eran de todos y juntos se saben capaces de vencerlas.
Qué os puedo decir,actor y actriz protagonistas están espléndidos,los secundarios son un lujo,la fotografía maravillosamente comedida,la banda sonora.....nada falta,nada sobra.
No deja de sorprenderme como aquí el lenguaje dignifica a los perdedores,cómo la economía de palabras está maravillosamente calculada para que no perdamos la línea de la narración y sea capaz de remover nuestra emoción.Dignidad traducida en el lenguaje por ejemplo,cuando cualquiera de los "desheredados" cita un texto legal,una novela,la biblia o una poesía con una seriedad y una impasibilidad que nos dejan de una pieza,dignidad en medio de la pobreza en cualquier gesto o señal de cómo están y se posicionan en el mundo.
En este digno retrato,el humor,a veces oscuro,a veces,surrealista,se viste también de una parca elegancia que no chirría si no más bien,nos sacude,nos sorprende,nos hace sonreír.
Kaurismäqui valiéndose de lo disparatado y a veces de lo absurdo,pone patas arriba cuestiones e instituciones que lamentablemente están de rabiosa actualidad: la codicia,los bancos,la policía,la burocracia,la administración,las leyes laborales....etc...y pone el acento en el tejido social como el único agente capaz de salvarnos de la quema,casi la clave por la que merece la pena seguir adelante entre tanta sinrazón.
Al final,miréis donde miréis,en su cine,es la amistad( incluida la canina-humana,humana-canina),el amor y los vínculos vecinales lo que salvan al hombre de a pie, de todos los abusos que le atenazan y todas sus penalidades.El resto son intereses sobre intereses.
Si hay un mensaje subliminal,o así yo lo interpreto (porque al final todo es pura interpretación) es que en medio de este lirismo solo de aparente frialdad,cualquier hombre puede empezar de nuevo en cualquier momento.Da igual lo pasado,no importa las equivocaciones que cometiera,porque sus actos a partir de hoy,vuelven a sembrar y hablar por él.Es una prueba de confianza en la capacidad de superación y de sobreponerse a la adversidad.
En este vagar por los estratos sociales más frágiles y vulnerables,los que más ha sufrido en sus carnes el atropello del deshumanizado capitalismo,Kaurismäqui deja un mensaje inequívoco sobre donde reside el sentido de la vida y también la fuerza motriz para levantar otro sistema social:
el afecto en todas sus formas,la ayuda desinteresada,la solidaridad.
Más oportuno el mensaje no puede ser.
Otras reseñas sobre la película y el director que nos os podéis perder:
http://zinefilaz.blogspot.com.es/2012/06/un-pesimista-alegre.html
Etiquetas:
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