Mi amor por Kaurismäki viene de lejos.Os dejo enlace de las entradas que este mismo blog he dedicado a algunas de sus películas por si tenéis curiosidad.
- Nubes pasajeras ( 1996)
- Un hombre sin pasado ( 2002)
- Le Havre (2011)
Hoy llega el turno de "Fallen Leaves" y de nuevo quedo rendida a sus pies.
La poesía y el respeto con el que trata a los personajes es de nuevo la tónica de su cine, unos personajes que son una vez más productos de desecho de una sociedad mercantil y capitalista que no tiene escrúpulos ni humanidad.
Ellos , Alma y Holappa se encuentran por casualidad en un karaoke y su vida de repente se vuelve algo menos gris y desesperanzada. Juntos se salvan y es en ese contexto de adversidad casi absoluta donde Kaurismäki nos deja un mensaje cargado de fe y esperanza, sin grandes gestos ni aspavientos pero no por ello, con menos verdad.
Los despidos, el alcohol, la soledad, el aislamiento son obstáculos con los que los personajes han de enfrentarse en su día a día y es en esa atmósfera de lugares extravagantes y poca luz, donde Kaurismäki hace magia para dejarnos un alegato de la dignidad de la clase obrera, de los extraviados, de aquellos a los que a menudo se les cierran todas las puertas.
En esos cielos finlandeses, hay lugar para el abandono, los teléfonos perdidos, las canciones tristes y desoladas de un dueto musical más que peculiar en el bar, pero también hay lugar para los perros rescatados, para los guiños al cine y los cineastas favoritos del director, para las hojas caídas, y para Chaplin en especial.
Es en esa derrota que da el frío, la oscuridad, la maldita guerra que se transmite en esa radio antigua, las idas y salidas a un trabajo físico agotador y mal pagado, donde surge también el encuentro casual, el humor sutil que nos despierta una sonrisa cuando no, una carcajada y la transformación de unos personajes que se sabían o se sentían solos y a la deriva.
Larga vida a Aki Kaurismäki y su cine que nos embelesa y nos deja buen sabor de boca en un mundo indiferente al sufrimiento ajeno, donde parece que hay vidas de tercera y al menos aquí en sus películas, esas vidas pasan a primera fila.
No os la perdáis, es bonita ,es digna, es un alegato a la esperanza y una declaración de amor al cine, a los perros, a las historias de amor que surgen donde más falta hacen.
Troyana