miércoles, 25 de enero de 2012

Los descendientes



Por fin,tras ver una película,vuelve esa sensación de total satisfacción.
Empezaba a perder la esperanza de que algo no me llenara de verdad.Sí, he visto muchas películas en este tiempo,pero ninguna como "The Descendents".

No sé bien por donde empezar.Tal vez tendría que remontarme a "Up in the air"( http://historias-troyanas.blogia.com/2010/020601-up-in-the-air.php ) una película que en su día me encantó y en la que George Cloony, interpretaba el personaje de un hombre soltero que vivía bien  y que era un "incapacitado emocional" hasta que el personaje interpretado por  una extraordinaria Vera Farmiga empezaba a complicarle su complaciente existencia.
George Cloony en esta película se ganó todos mis respetos, y después de haber visto "The Descendents",si cabe,aún más.
Sé que para much@s cinéfilos,Alexandre Payne tocó el cielo cuando dirigió "Entre copas",yo la vi en su día,y la película ,me dejó igual.Sin embargo,a "The Descendents" personalmente,le daría un 10.



"The Descendents"(2011) nos cuenta la historia de un padre,Matt King (George Clooney),casado y  padre de dos hijas, Scottie, de 10 años (Amara Miller), y Alexandra, de 17 (Shailene Woodley).
Su mujer,acaba de sufrir un terrible accidente en una lancha motora y ha caído en un coma,no se sabe si irreversible.


Matt es un abogado que ha estado demasiado inmerso en su trabajo y de pronto ha de convertirse en un cabeza de familia activo y responsable. A sus hijas,prácticamente ni las conoce, ha delegado su atención en su madre y dadas las circunstancias,no tiene más remedio que asumir el relevo.
Alexandra, estudia en un colegio privado,y está en una edad complicada en la que se muestra interesada en chicos más mayores que ella y empieza a tontear con el alcohol.
Scotty está desmadrada enviando sms ofensivos alguna compañera de clase y juntándose con amigas que a los 10 años,ven las pelis pornos de sus padres.


Matt se enfrenta a la situación de hacerse cargo de ambas sin tener ni idea de cómo educarlas.Es un proceso lento en el que lo primero es estar presente y lo demás,empieza a cobrar forma con la relación,el vínculo que ahora no existe.


La primera reacción de Alexandra al intento de acercamiento de su padre es de rechazo,pero al comprobar lo desorientado,vulnerable y perdido que se encuentra,poco a poco,su resistencia irá cediendo terreno a la complicidad y el apoyo incondicional. Será a través de ella,que Matt descubrirá que su matrimonio hacía aguas desde hace tiempo y que es hora de encajar una a una todas las verdades que van surgiendo a raíz del duro golpe que acaba de sufrir la familia.

Es curioso como en ocasiones,nada es lo que parece,y ha de ocurrir algo realmente grave para que empieces a recomponer las piezas de un puzzle que poco a poco va encajando.

De este modo,el director hace una reflexión sobre el peso de los lazos familiares,por mucho que hayan estado expuestos al abandono o al descuido y también de las relaciones de pareja,en las que en ocasiones,no sabemos de tan ocupados como estamos, qué está pasando realmente en el interior de la otra persona.


Me conmueve el personaje de Matt por su entereza,su manera de priorizar el bienestar de sus hijas a su propio dolor,a su absoluta desorientación ante las revelaciones que van surgiendo y la posibilidad de que su esposa no despierte nunca más.Y me conmueve el personaje de Alexandra,porque incluso a su edad y siendo consciente de la gravedad de la situación, es capaz de sostenerse e incluso sostener a su padre.Es sorprendente la evolución de su personaje,acompañada de la evolución de su amigo,que viene a pasar unos días con ellos,y se va transformando de un perfecto cretino a una pieza más del nuevo mapa afectivo que se está creando en la familia.


Me ha gustado mucho la personificación de la más pura adolescencia o post-adolescencia,tanto en Alexandra como en su amigo,porque con toda esa osadía,deslenguados,rebeldes,capaces de hacerte caer en la más absoluta desesperación,de repente,cuando menos lo esperas,incluso cuando estás a punto de tirar la toalla,recibes un apoyo inesperadamente grande por su parte,y ésa es una sensación de alivio que por unos instantes te hace recobrar de nuevo las ganas de seguir en pie luchando.Quienes estén rodeados de adolescentes en su día a día,entenderán mejor lo lo que digo,casi seguro.


En "The Descendants" hay muchas lecturas,pero una de ellas,por si alguien lo dudaba, es que la única certeza que tenemos es el cambio.No hay otra inteligencia más valiosa, por ser la más práctica, que la capacidad de saberse adaptar a los sucesivos cambios  que nos asaltan en la vida. Y Matt poco a poco,paso a paso,y con todos los rituales establecidos o por inventar, va cerrando capítulos que han sido trascendentales en su vida abriendo paulatinamente y casi sin darse cuenta, la posibilidad de que se escriban otros futuros desde una nueva posición en la vida,aquí como padre activo y comprometido.


Otra lectura que me hago  es que por muchos motivos que tengamos para sentirnos traicionados o engañados,como en el caso de Matt,el camino más fácil es la venganza y el rencor, pero el que nos libera a nosotros,no a quien nos ha traicionado,es la renuncia a la revancha y el perdón.
En ningún momento puedes dudar del amor de Matt hacia su mujer y hacia sus hijas.Y es casualidades de la vida,cómo a través del plano familiar,empezará a tomar conciencia de la decisión clave que ha de tomar en el devenir de sus tierras y la posibilidad de compra-venta de una herencia que ha de gestionar en el plazo de 7 años.Al final,todo conectado,tal cual el efecto-mariposa.



Si tuviera que rescatar alguna escena,aparte de los maravillosos paisajes hawaianos,especialmente la playa y el trozo de tierra donde ellos solían acampar,me quedo con la escena de la piscina cuando Alexandra recibe la verdad  sobre la situación de su madre y cómo exterioriza su dolor dentro del agua o el plano en el que Matt llora antes de volver con sus hijas,tras recibir otra noticia desafortunada por parte de un amigo.


Me desdigo si es preciso,de mis predicciones anteriores,de cualquier quiniela,George Clooney,debería llevarse ese Oscar,me ha vuelto a conmover igual que lo hizo en "Up in the air" y auguro un brillante futuro a la actriz que da vida al personaje de Alexandra. Al tiempo.