martes, 10 de enero de 2012

Drive


La película del danés Nicolas Winding Refn: "Drive" (2011) me ha sorprendido mucho.
El actor que siempre recordaré por "Half Nelson"  Ryan Gosling,se luce con su estoicismo en el papel protagonista de "El conductor".


Este conductor,que es un hacha al volante,se gana la vida en un taller de reparaciones y haciendo trabajos esporádicos como especialista.Es un personaje lacónico,serio en el que confluyen dos polos aparentemente opuestos,la pinta de chulo duro con chupa de cuero y camisetas ceñidas con un halo de tristeza dócil en la mirada.
 Su vida parece rutinaria y vacía,hasta que se cruza en su camino,su vecina que tiene un hijo de unos 9 años.Ella necesita ayuda,su marido recién salido de prisión,está en deuda con unos matones que le ofrecieron protección en la cárcel y si no saldan su deuda,la familia corre peligro.


De este modo,nuestro conductor,se convierte en ángel exterminador,a fin de proteger a su vecina,una Carey Mulligan,que siempre recordaré por dos películas anteriores: "An Education" y "Nunca me abandones".
Pero ¿qué es lo más fascinante o innovador de este thriller urbano?? el contrapunto de escenas en ralentí con trepidante acción o violencia desmedida,es una de los aspectos más llamativos.Por otra parte,hay momentos que me han recordado al cine de Tarantino (especialmente a partir de la segunda parte) y también a "Taxi Driver".

La música ochentera junto a la estética de los coches y también de algunas prendas de ropa,como la cazadora del escorpión (auténtico símbolo de la naturaleza dual de nuestro conductor) le dan a la película un aire retro que de inmediato,conquista al espectador.



Los actores secundarios están soberbios, especialmente Albert Brooks y Ron Perlman.

Pero quien verdaderamente brilla con luz propia es Ryan Gosling porque su personaje consigue meterse en el bolsillo al espectador sin importar lo lejos que pueda llegar en el uso de la violencia a fin de proteger a Irene,su vecina.Es despiadado,vulnerable, tierno y  violento y se viste de un halo de humanidad que pese al cuero,el martillo o el palillo en la boca,nos hace estar de su parte desde el principio.Es inexplicable,es ilógico,pero así es el carisma de un hombre que parece frágil y sin embargo,no vacila a la hora de enfrentarse a unos mafiosos que darían miedo al miedo. David contra Goliat en una espiral de violencia,donde todo se va complicando por momentos y la tensión va en aumento no se sabe en qué dirección.


Si me tengo que quedar con una secuencia me quedo con la escena del ascensor,que creo todos los que hemos visto la película,ya no podremos olvidar.,pero que nadie se engañe que aquí no se da tregua al espectador y se combina casi constantemente la arena con la cal.

Merece la pena dar una oportunidad a una película diferente, que sorprenderá por el empleo de contrarios en un mundo donde ya no está clara la línea que separa el bien del mal.