lunes, 5 de diciembre de 2011

El Portero de noche





Hoy en vistas de que las películas que he visto en el cine no me han dejado una huella imborrable,me decanto por reseñar una película de los 70: "Portero de noche".

Liliana Cavani dirigió esta película en 1973 y está protagonizada por Charlotte Rampling y Dirk Bogarde.Por lo visto,en su día fue una película algo polémica e incluso escandalosa,tal cual lo fue en su tiempo "Ultimo tango en París" de Bernardo Bertolucci.



Ambientada en la Viena de 1957, nos cuenta la historia de un reencuentro.Una mujer judía,esposa de un director de orquesta,reconoce en el portero del hotel donde se aloja,a un antiguo general nazi que en el campo de concentración donde fue recluida durante la Segunda Guerra Mundial,la había utilizado como objeto sexual en una tortuosa relación sadomasoquista.



Esa mujer ahora mantiene una posición acomodada y su vida ha cambiado por completo.
Max,el antiguo general convertido en portero del turno de noche de un hotel,está buscado por la justicia y mantiene una vida discreta y rutinaria en la que en ocasiones,los recuerdos,le atormentan.
Este reencuentro inesperado,romperá abruptamente la sólo aparente solidez de una vida nueva que ambos habían construido en lucha con la memoria.


Son muchas las cosas que me sorprenden de esta tremenda historia,pero la que más me impacta es el vínculo indeleble que se crea entre los personajes protagonistas.Es esas circunstancias tan adversas,en plena guerra,ellos mantienen en el pasado una extraña relación con tintes sadomasoquistas,ella es muy joven,está en una situación de completa indefensión,y es previsible que de sobrevivir, esas experiencias la marcarán de por vida.


Pero lo que vemos es que trece años después,ninguno de los dos ha olvidado ese vínculo, es más,es como si todo hubiera cambiado(la situación política,el país...)todo,menos ellos en el fondo.


Los humanos somos muy extraños,hay relaciones de amor-odio que verdaderamente escapan a toda razón,a todo raciocinio posible o imaginable y ese misterio desde el punto de vista psicoanalítico,es todo un filón a explorar,cuando es el propio individuo quien elige libremente esa relación, si es que uno es libre cuando se deja llevar por unos sentimientos tan intensos.


El destino aleatorio,cuando todo parece previsible,viene y se ríe de nosotros,cuando creíamos conocer todas las respuestas,nos lanza más interrogantes,nos pone en el camino fantasmas que creíamos vencidos u olvidados y nos hace enfrentarnos a nosotros mismos.
Es lo que tiene la vida de inquietante,esperanzadora pero a la vez indómita,porque aunque de nosotros dependa siempre la última palabra,nos tiene siempre,nunca terminamos de tenerla de todo.


En palabras de Max:
"Cuando todo parecía perdido,sucede algo inesperado.Un fantasma de la memoria toma forma,¿cómo librarse de él?su voz y su cuerpo forman parte de mi mismo"

La presión del grupo trece años más tarde,se ve reflejada en las reuniones que Max mantiene con algunos de esos generales o servidores al régimen,que viven ocultos en el hotel,empeñados en destruir las pruebas o controlar a los testigos que pudieran comprometerles.El grupo se vale de la culpa para controlar a sus miembros,para someterles y restarles toda libertad de movimientos pero este trasfondo carece del relieve que cobra la relación entre los dos protagonistas porque ese vínculo es tan poderoso y tan primario que va más allá de toda ideología, por mucho arraigo que ésta haya tenido en otro tiempo.




He leído que algunas interpretaciones sobre el cariz de la relación que se establece entre el verdugo y la víctima que consiente el sometimiento,apuntan a una doble lectura sobre cómo reaccionó Europa ante la invasión nazi,en algunos casos con una inicial pasividad que favoreció la expansión y el fortalecimiento del ejército alemán.La población contrariada ¿se sentía protegida por un poder superior o tenía miedo a la libertad,clave sobre la que teorizó Eric Fromm?
Al margen de estas teorías,el fuerte de esta película está en las interpretaciones de los protagonistas,Charlotte Rampling y Dirk Bogarde.


Todo resulta creíble,a pesar de lo deshilvanado de algunos flash-backs,y aunque la historia por momentos pueda parecer escabrosa o truculenta,lo cierto es que la realidad a menudo supera a la ficción,y detrás de todo juicio moral,hay un amor que tal vez se escapa a nuestra comprensión,pero existe en sus vidas y tal vez fue el primero y quien sabe si el único o el último que les tocó vivir.