domingo, 16 de junio de 2013

Four lovers




Tras esta pausa coincidente con muchas obligaciones y poco tiempo libre para dedicar al cine,vuelvo a historias-troyanas con una película francesa que tiene una crítica más bien pobre y sin embargo,me ha gustado.
Se trata de "Four lovers",un título del 2010  dirigida por Antony Cordier e interpretada por Marina Foïs, Élodie Bouchez, Nicolas Duvauchelle y Roschdy Zem.
Aviso que ahondaré en la trama,quien no quiera detalles tal vez prefiera postergar aquí la lectura.

En otras ocasiones,en el cine hemos visto infidelidades y combinaciones de tres pero en este caso,nos encontramos ante un intercambio de matrimonios en el que no sólo existe vinculación física sino también emocional.
El matrimonio número 1 está formado por Vincent (Nicolas Duvauchelle) y Teri (Élodie Bouchez) y el matrimonio número 2 por Franck (Roschdy Zem) y Rachel (Marina Foïs).

 No recuerdo haber visto antes en cine una relación de intercambio de parejas en la que todos acaban implicados a nivel emocional.Se hace más palpable que nunca la idea de que se puede amar a dos personas a la vez,con todas las dificultades y complicaciones que esto a la larga traerá.

"(...) ¿puede uno llegar a sentirse tan a gusto con gente a la que acaba de conocer o solo nos caimos bien?"
" ¿se puede querer a dos personas a la vez? y sobre todo: ¿se puede permitir que eso pase?" 



Da la sensación de que aún teniendo una vida resuelta y apacible: hijos,trabajos satisfactorios,salud, un cierto nivel económico,estas dos parejas se encuentran y sus vidas son mejores y más completas estando todos juntos.Parece obvio,que cuando las parejas se intercambian, unos de otros,sacan lo mejor de sí mismos y eso después revierte de forma positiva también con sus parejas originarias.


La moral en este caso,se relaja  pero las desaveniencias no tardan en manifestarse,pues salen a la luz egoísmos y mezquindades propias más del afán de exclusividad que de una verdadera creencia en la idea de compartir.
A ello añadir que las relaciones tal vez hubieran sido más fáciles (o no) de haberse tratado de matrimonios sin hijos,pero este elemento viene a sumar un grado más de dificultad en el momento en el que "el secreto" sale a la luz.
 No creo que el mensaje sea moralizante,ni exista una lectura ortodoxa de lo que sucede,más bien,queda manifiesta la idea de que las relaciones humanas son muy complejas y tarde o temprano afloran nuestros defectos y debilidades,nuestros temores más ocultos y nuestra vulnerabilidad e inseguridad para poner del revés un conjunto increíblemente armonioso y aparentemente perfecto.

Si es posible esta utopía o no es una cuestión que sigue quedando en el aire,pues parece ser que toda fórmula lleva implícita una serie de pros y contras y optes por la opción que optes,nunca la elección está exenta de riesgos.
Aún con su ritmo a veces lento y las críticas recibidas en su día que la tildan de aburrida entre otras cosas,a mí personalmente me ha gustado mucho más que la argentina recientemente estrenada "Dos más dos" de Diego Kaplan,entre otras cosas porque la francesa me parece más arriesgada,menos convencional y con mayor calado emocional.