No pensaba dedicarle una entrada.Pero me he dado cuenta de dos cosas:una,que el cine no es sólo una afición(como me dijeron ayer),en algunos casos es casi un catalizador,una manera entender la vida e incluso vivirla.
Y es posible que esta película me haya dado más satisfacciones más que durante,antes y sobre todo,después.
Tras esta pequeña introducción,influida sin duda,por una luna luminosa por la que casi cedí al peligro de sentirme como la pobre Justine del maldito Lars Von Trier,entro en materia con Cronemberg y su Método peligroso.
Ambientada en la vieja Europa a caballo entre Austria y Suiza,nos centra en dos figuras emblemáticas de la psicología en los comienzos del psicoanálisis: Freud (Vigo Mortensen) y Jung (Michael Fassbender).
Freud ,padre del psicoanálisis como método innovador en la terapia con pacientes con trastornos mentales,se convierte en el mentor de Jung y mantienen una relación epistolar en la que ambos disertan y analizan los pormenores del método aplicados en distintos pacientes.Una de estas pacientes,es la rusa Sabina ( Keira Knightley),una mujer con graves problemas mentales que ingresa en la clínica regentada por Jung y con la que poco a poco,los límites rigurosamente impuestos entre terapeuta y paciente,se verán seriamente amanezados por la atracción que surge entre ellos.
Jung,que es un hombre casado,tendrá que enfrentarse a las restricciones que su moral le dicta,luchar contra el deseo y unas emociones que van en contra de los convencionalismos sociales y en contra del código ético que marca la línea a no traspasar a fin de evitar las conocidas transferencias.
A la par que sigue tratando a Sabina,mantiene ese contacto con su mentor que está en Viena pero poco a poco,las diferencias entre ellos van ganando terreno a los puntos de coincidencia.
Uno de los motivos por los que se distancian sus posturas,es el grave peso que Freud concede al papel del sexo en la búsqueda de las causas y tratamiento de las psicosis que sufren sus pacientes, mientras que Jung es más proclive a contemplar además del sexo,otras dimensiones humanas que él explora a través de los sueños,la asociación de ideas.....etc....etc....
La relación entre Jung y Freud se va enfriando poco a poco y en medio de estas desavenencias epistolares precedidas por algún encuentro personal en el que se producía un puntual acercamiento,aparece otra figura singular,la del también terapeuta Otto (Vincent Cassel),un hombre con una moral mucho más relajada y libertina que está dispuesto a traspasar todos los límites.
A simple vista,la película tiene todos los ingredientes para conquistarnos desde el principio, y ojo,no me parece aburrida y sí interesante pero flaquea en mi opinión por una fría y esquemática narración.No suelo detenerme en hacer críticas desfavorables,pero me da rabia que ante un planteamiento tan jugoso,la película tan sobria,tan seria,tan academicista y contenida,adolezca de falta de alma y emoción y eso es algo,que en cine no perdono (tampoco en la vida en general)y menos con un punto de partida tan atractivo y seductor.
Rescato eso sí,a nivel argumental la relación entre Jung y Sabina,como ejemplo de transgresión y el contrapunto,tan necesario aquí como el aire,del personaje de Otto Gross,que incluso en medio de tanta sobriedad,es capaz de hacernos sonreír en algún momento puntual.
Me quedo especialmente con algunas frases suyas,pero en especial,con una:
"No pases por el oasis,sin detenerte a beber"....